La ciudad de Budapest donde sus pintorescas calles y grandes monumentos, a un lado y otro del Danubio, la convierten en la Reina del Danubio, un río que a sus orillas brotan tradicionales localidades con reliquias imperiales .
ARTE Y CULTURA
La tradición y la cultura popular constituye en Hungría uno de sus mayores tesoros. A diferencia de otros países que han entrado de lleno en la modernidad y en la globalización, olvidando sus raíces, Hungría se esfuerza por incorporarse a las naciones pujantes del viejo continente pero preservando sus esencias, conservándolas y estimulándolas. Así se explica, por ejemplo, que en pocos países del mundo exista tal riqueza de bailes populares, que las manifestaciones de la artesanía sean tan dispares o que el calendario de fiestas, festejos y celebraciones ocupe todo el año. Como todas las manifestaciones artísticas, la cultura popular ha sufrido diferentes influencias desde su aparición en los primeros tiempos de la nación magiar, allá por el siglo XI, sobre todo en el Renacimiento y Barroco. A partir del siglo XIX puede hablarse de un cierto estilo campesino homogéneo que se manifiesta en todos los aspectos de la vida rural: vestidos, vivienda, tejidos, cerámica...
COSTUMBRES
Los húngaros son un pueblo realmente encantador. Les gusta recibir turistas, les gusta conocerlos y tratarlos con cariño. Cuando se llega a Hungría pronto se da uno cuenta que no habrá ningún problema para conocer gente, ya que este pueblo se abre fácilmente, otorgando todo tipo de facilidades a la hora de ayudar a un extranjero, tanto si hablan el idioma como si no. Los húngaros primero ponen sus apellidos y después sus nombres. En la mayoría de los casos sólo utilizan un apellido siempre heredado exclusivamente del padre. El título o el apelativo Sr., también se pone al final. Muchas mujeres adoptan al casarse el nombre completo de sus maridos. Al encontrarse los húngaros se besan primero por el lado izquierdo y después por el derecho de la cara. La confusión de esta regla puede provocar situaciones graciosas. Cortesía a la húngara: Al entrar en un bar, cafetería o restaurante en Hungría los señores pasan primero, mientras que al salir del mismo local ceden el paso a las señoras. La tradición procede de la época medieval, cuando los caballeros protegían de esta manera a las damas de posibles agresiones al entrar en un local donde no se sabía si había alguna pelea entre hombres o no. Igualmente, a la salida ofrecían a las damas la vía más rápida de escapada y protección por detrás de posibles ataques. Las relaciones entre los propios húngaros también son cordiales. Los húngaros son muy afectuosos. La familia es el núcleo esencial, los ancianos son venerados y los niños son tratados con especial consideración y mucho afecto.
ZONAS DE INTERÉS
La puerta de entrada de Hungría es para la mayoría de los viajeros Budapest, una de las ciudades más bellas de Europa, cuyo centro histórico junto al Danubio fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Suele decirse que el Danubio, el gran río que atraviesa Europa, divide Budapest en dos partes que son las que dan nombre a la ciudad: Buda y Pest. Pero la realidad es otra muy distinta. El Danubio une las dos antiguas ciudades formando una sola. Es ese río prodigioso el que da sentido a la capital húngara, el que permite apreciar la fusión de las dos partes de la ciudad y el que la otorga ese ambiente romántico. Buda es la zona montañosa y la ciudad antigua, mientras que Pest es la zona más llana y moderna. Ambas partes constituyen una única y encantadora ciudad que a pesar del daño sufrido durante la II Guerra Mundial todavía conserva su encanto. Años de reconstrucción y de grandes esfuerzos han conseguido devolver a la ciudad su esplendor de antaño. Buda y Pest se comunican gracias a ocho elegantes puentes, algunos de ellos auténticos símbolos de la ciudad. Por doquier se pueden descubrir emblemas de la historia de la ciudad como algunos elementos arquitectónicos y decorativos que coronan sus principales monumentos: los cuervos del Castillo, símbolo de Matías Corvino, el águila imperial de Francisco José o el pájaro turul que corona el puente de la Libertad, símbolo de los árpád. Los que conocen bien la ciudad advierten a los visitantes que la mejor forma de apreciar su dimensión y belleza es admirar Pest desde las colinas de Buda, y de igual forma contemplar Buda a la sombra del gigantesco Parlamento de Pest. Es la mejor manera de valorar las grandes proporciones de la ciudad y localizar los edificios más destacados que se quieran visitar. Todo esto es posible gracias a la perspectiva que el Danubio ofrece.Lugares de interés: - El conjunto monumental en Buda formado por el Palacio Real, Barrio del Castillo, Iglesia de San Matías y el Bastión de los Pescadores. - En Pest destacan la Basílica de San Esteban, el Parlamento a la orilla del Danubio y la Plaza de los Héroes en donde se eleva el Monumento del Milenario. - El Puente de las Cadenas que une las dos antiguas ciudades. - La majestuosa Sinagoga (la segunda más grande del Mundo) que se eleva en medio del Barrio Judío con casas que aún conservan huellas de la tremenda sencillamente Se sitúa a 86 kilómetros de Budapest y se la denomina la "ciudad de las campanas" por la cantidad de campanarios y relojes que las hacen sonar. Suelen estar fabricadas en sonoro aluminio, más barato y ligero que el bronce. Es la capital agrícola de Hungría en el centro de una sucesión de colinas cultivadas que se extienden entre el Danubio y el Tisza. Toda la ciudad rezuma un aroma a albaricoque, cuyas plantaciones la rodean, y que dan origen al célebre barackpálinka, un fuerte aguardiente de albaricoque que se exporta a todo el mundo. Entre los montes Mátra y Bükk está Eger, con una rica herencia arquitectónica, tal vez la ciudad más atractiva del norte de Hungría; el tercer punto turístico más visitado, tras Budapest y Balaton. La visita de Eger hay que hacerla con calma, no sólo porque tiene mucho que ver, sino porque hay multitud de pequeños detalles que, con prisas, pasan despercibidos. Puede comenzarse en la Plaza Dobó István apreciando la estatua dedicada al héroe de la ciudad y la preciosa Iglesia de los Hermanos Menores de estilo barroco. Al norte de la plaza nace la calle de la Mezquita que conduce hasta el minarete de 40 metros de altura, muy bien conservado, recuerdo de los 91 años de dominación turca. Es el vestigio turco más septentrional de Europa. La calle Kossuth Lajos reúne la mayoría de las casas señoriales barrocas de la ciudad y termina en la plaza Eszterházy, en la que se encuentran dos de las obras más interesantes de Eger. La principal ciudad del Transdanubio meridional es un caso especial de polivalencia y adaptación. Pécs es conocida desde los comienzos del primer milenio aunque con diferentes nombres. Primero fue celta, luego romana y más tarde fue anexionada al principado de Moravia. En 1367 Luis el Grande fundó en esta ciudad la primera universidad húngara y una de las primeras europeas. Cristiana hasta 1543 fue islamizada por los turcos de esta época quedan todavía diecisiete mezquitas y de nuevo cristiana bajo los Habsburgo. Pécs fue la ciudad en la que se instauró la primera universidad de Hungría en 1367. Este pasado cultural no se ha perdido y, de hecho, la ciudad sigue siendo el centro de la cultura húngara, siendo considerada por muchos como el museo de Hungría
. En la ciudad se percibe claramente la influencia de la larga ocupación de los turcos, y aún se conservan en buen estado varios minaretes y algunas antiguas mezquitas. Los montes Mecsek rodean la ciudad y le confieren un microclima particular. Es una de las perlas de los meandros del Danubio. Esta pequeña ciudad medieval se encuentra a unos veinte kilómetros de Szentendre. Gracias a la abundancia de agua, los frondosos bosques y los recursos del lugar, la región ya era conocida en el Neolítico. Los romanos los explotaron con fines estratégicos, y los primeros reyes húngaros construyeron una fortaleza, una iglesia y un monasterio, cuyas huellas aún se conservan. "La ciudad de las aguas" - así se conoce en todo el país esta pequeña ciudad de jardines, que gracias a sus condiciones naturales puede llegar a ser la mejor elección para unas magníficas vacaciones de todos aquellos que deseen realmente descansar durante las mismas. Se encuentra situada a 70 kms de Budapest a un lado de la autopista M1 en dirección a Viena. Entre los lugares de mayor interés histórico-turístico se encuentra el Castillo de Zsigmond o Castillo Viejo, ubicado a orillas del lago Öreg (Viejo), lugar idóneo para la práctica de deportes acuáticos, la pesca y los paseos en barco. Es una ciudad donde los molinos de agua se dan la mano, unos conservados y otros no. Los restaurantes de la orilla del lago, sus parques, el otrora invernadero y el Parque Inglés brindan al visitante un ambiente particular. Sus centros educacionales, iglesias, parques naturales y cuevas son famosos en todo el país. Constituye el mayor centro vacacional del Recodo del Danubio con 23000 habitantes ubicada en dirección norte a partir de Budapest a lo largo de la carretera nacional 11. Asequible desde Budapest por carretera en sólo 20 minutos y por medio de el tren eléctrico HÉV que parte desde el mismo centro de la ciudad, en 40 minutos de viaje. Por su cercanía a la gran ciudad y encontrarse a la orilla derecha del Danubio es por lo que es uno de los lugares preferidos de los amantes de los deportes acuáticos. Está rodeada de casas de veraneo. Szentendre es la ciudad de las artes y los museos, aquí se encuentran, entre otros 16 museos y galerías de arte, el Museo Etnográfico al Aire Libre de los pueblos y culturas de los siglos pasados de la Cuenca de los Cárpatos y el Museo que alberga la exposición permanente de la obra de la reconocida ceramista Margit Kovács.