RAZONES PARA VIAJAR A ISLANDIA
Descubre la tierra de hielo y fuego, con volcanes glaciares, géiseres y cascadas.
Siente la aventura de montar en super jeep o moto de nieve sobre un inmenso glaciar.
Conoce la fauna islandesa: caballos salvajes, ballenas y el simpático frailecillo.
Disfruta de la magia de las auroras boreales y relájate en la Laguna Azul.
Pasea por Reykjavik y los coloridos pueblos pesqueros.
CULTURA
Sobre el escabroso terreno islandés se asienta una cultura independiente y con una gran capacidad de adaptación, moldeada a lo largo de los años por los descendientes de los agricultores y soldados que huyeron de la tiranía de la Escandinavia medieval. Su traslado a un país nuevo y vacío tuvo como consecuencia la edificación de asentamientos y granjas de sólida construcción, y el inicio de una rica tradición literaria dominada por las sagas -relatos basados en hechos reales sobre luchas, batallas, hazañas, religión e invasiones- consideradas las obras medievales de mayor calidad de Occidente. Esta nación también ha aportado algunos escritores notables a la literatura contemporánea. Halldor Laxness, el escritor islandés más conocido, fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1955. La música tradicional (generalmente canciones campestres y nanas sentimentales) mantiene su popularidad, mientras que el grupo Sugarcubes y la que fuera su cantante, la pizpireta Björk, han obtenido un gran éxito internacional. Aunque Islandia es de confesión cristiana, la antigua religión nórdica ásatrú está integrando cada vez más seguidores; desde que un ganadero de ovejas la recuperó en la década de 1970, se ha convertido en una secta reconocida oficialmente. Esta creencia se centra en las fuerzas y en la armonía de la naturaleza representadas por los antiguos dioses.
ACTIVIDADES QUE SE PUEDEN REALIZAR
Islandia ofrece oportunidades ilimitadas para los practicantes del trekking; los paseos pueden durar desde una tarde hasta dos semanas a lo largo de paisajes salvajes. Algunos de los mejores itinerarios de senderismo se hallan en los remotos parajes de Landmannalaugar, Látrabjarg y Hornstrandir, o en Reykjanesfólkvangur, al pie de Reykiavik. Existen buenas pistas de esquí en Reykiavik, Akureyri, Bláfjöll (al sureste de la capital) y Hlíðarfjall (cerca de Akureyri). También se puede montar en trineo en el manto glaciar de Langjökull, practicar el rafting por aguas bravas en el Hvítá (río Blanco), la espeleología en las cuevas de Hallmundarhraun, cerca de Húsafell, la equitación de interiores y la natación en estanques geotérmicos. Además, existen otras actividades como el open del Ártico, en Akureyri, un torneo de golf que dura toda una noche bajo el sol de medianoche y que congrega a amateurs y profesionales de todo el mundo.
AURORAS BOREALES
Existen pocas zonas mejores que el norte de Islandia para ver las auroras boreales. Folclore y leyendas al margen, el fenómeno físico de las auroras boreales se produce cuando las partículas de carga positiva (iones) que desprende el sol y viajan por el espacio a velocidades de hasta 1200 kms/seg., chocan contra la tierra. Algunas de estas partículas quedan atrapadas en el campo magnético terrestre y se desplazan hasta la ionosfera. Es entonces, al colisionar contra los gases de esta capa terrestre, que se produce el fenómeno de luz y movimiento conocido como Auroras Boreales (Norte) o Auroras Australes (Sur). El abanico de colores va desde el rojo al verde, pasando por el azul y el violeta. Para poder ver las auroras en su máximo apogeo es necesario encontrarnos en una noche sin nubes, con temperaturas por debajo de 0ºC y una buena dosis de suerte. Alejarse un poco de las ciudades y sus luces artificiales también suele ser recomendable.
ZONAS DE INTERÉS
La capital de Islandia se aleja de la imagen propia de las urbes europeas. Reykjavik (bahía humeante), además de ser la capital más septentrional del mundo, es la más reciente, pues su establecimiento data de finales del siglo XIX. A pesar del significado de su nombre, ahora se la conoce como la ciudad sin humo, gracias a sus vientos incesantes y al uso de calefacción geotérmica. Reykjavik posee todos los atractivos de una metrópoli europea moderna, además de un relevante centro histórico, con edificios de madera encalados e hileras de casas de hormigón pintadas de vivos colores. Desde su casco urbano se puede acceder a pie a la mayoría de puntos de interés turístico. La ciudad antigua, eje de la urbe, aparece como una zona rústica de verdes parques, lagos, mercados y museos. Todos aquellos interesados por la cultura nórdica e islandesa deberían acudir al Museo Nacional, donde se exponen antigüedades religiosas y folclóricas, así como artilugios del período del Asentamiento. La puerta de una iglesia supone su pieza más preciada; labrada alrededor de 1200, pone en escena una batalla nórdica. En el sótano se exhiben herramientas náuticas y utillaje agrícola, maquetas de antiguos barcos de pesca e ingeniosos aperos de labranza. Tras el museo se halla el instituto Árni Magnússon, cita ineludible para todos los aficionados a las sagas. Este edificio contiene una famosa colección de obras, entre las que destacan la Landnámabók y la Njáls Saga, devueltas por Dinamarca a la Islandia ya independiente. La ciudad moderna de Reykiavik se expande hacia el Este desde la zona antigua, y cuenta con varias atracciones de renombre mundial tales como la Hallgrímskirkja, una espectacular iglesia cuyo diseño está inspirado en una montaña de lava. Aunque pueda parecer extravagante, resulta una de las edificaciones más notables de la metrópoli. Su construcción se inició a finales de los años cuarenta y finalizó en 1974. La iglesia debe su nombre al poeta más famoso de Islandia: Hallgrímur Pétursson. Se puede deambular por su interior austero y casi vacío, para luego ascender en ascensor a una torre de 75 m de altura, y disfrutar de unas espléndidas vistas de la urbe. En la hierba se erige una estatua de Leif Eriksson, identificado triunfalmente como el Hijo de Islandia, Descubridor de Vinland (lugar que se cree ubicado en Terranova o en la península del Labrador). Otro enclave de aspecto aparentemente estrafalario es el espectáculo del volcán. Este teatro ofrece una visión inapreciable del entorno volcánico en (o sobre) el que viven los islandeses. Aquí se podrá disfrutar en una película dramatizada de algunas de las mayores erupciones volcánicas que ha sufrido el país, incluso de un film prestigioso sobre el nacimiento del Surtsey, que expulsó la lava en el mar en 1963. También se puede visitar un jardín botánico muy agradable, un atractivo parque de atracciones y numerosos museos dedicados a la obra de los artistas más notables de la isla. Resulta factible encontrar alojamiento económico, comida y compras baratas en la ciudad antigua o hacia el Este. Respecto al ocio, la capital cuenta con numerosos cines (las películas se proyectan en versión original con subtítulos en islandés), espectáculos culturales (teatro, ópera, música sinfónica y danza) y espectáculos luminosos (fantasías sobre las sagas, la Edad del Asentamiento y los vikingos). El Runtur prácticamente se ha instituido en Reykiavik; consiste en un recorrido por los bares más de moda de la urbe, las actuaciones de música en directo y las discotecas. Los enclaves turísticos más visitados de Islandia se hallan en la región central meridional de Islandia, conocida por sus fenómenos naturales y monumentos históricos. Gullfoss es una catarata de dos pisos inmortalizada en numerosas imágenes y donde, en los escasos días soleados, se podrá ver un arco iris a través del gran chorro que forma. Esta catarata llegó a estar en venta internacionalmente para el aprovechamiento de su potencial hidroeléctrico, pero fue adquirida por el gobierno y declarada monumento nacional. Muy cerca de allí se encuentra Haukadalur, una de las grandes instituciones académicas del sur de Islandia. Al oeste de Gullfoss se ubica Geysir, una zona que contiene las mejores muestras de fuentes termales activas de todo el país. El atractivo más notable, el Gran Geysir, entró en erupción en el siglo XIV y se apagó a principios del siglo XX, después de que millares de turistas intentaran calmarlo lanzándole rocas y desperdicios. Pero afortunadamente el cercano Strokkur se mantiene activo. Este manantial expulsa líquido, exactamente cada tres minutos, a una distancia de hasta 20 m. Los fotógrafos deberán apresurarse, puesto que las erupciones tan sólo duran unos segundos. Alrededor de este enclave aparecen múltiples manantiales térmicos de las más variadas tonalidades, agujeros humeantes, corrientes calientes, algas psicodélicas y depósitos de minerales. Situada en el nordeste de Islandia, Mývatn está considerada una de las maravillas naturales del mundo. Aunque la mayoría de zonas más interesantes para visitar se centran en fenómenos topográficos volcánicos o geotérmicos, la principal atracción de la reserva se focaliza en un lago azul impresionante repleto de aves. Al estar ubicada en la ladera protegida de las lluvias de un casquete glacial enorme, la reserva disfruta de unas de las mejores condiciones climáticas de todo el país. Los viajeros pueden descansar y alargar su estancia, disfrutando de una acampada o de las excursiones al Parque Nacional Jökulsárgljúfur, a las cuevas de hielo de Kverkfjöll, a la caldera del Askja o al cráter del Hverfell. El Parque Nacional Jökulsárgljúfur (cañón fluvial glaciar) es la reserva más reciente del país. El parque , en ocasiones denominado Gran Cañón de Islandia, posee la garganta mayor de la isla, una vegetación exuberante, extrañas formaciones rocosas y cuevas, el escarpado valle de Ásbyrgi e innumerables cascadas. Entre otros atractivos, destacan las rocas que hacen eco, Hljóðaklettar; los bellos manantiales de Hólmatungur; y Dettifoss, la catarata más potente de Europa. El parque se halla al este de Húsavík, en el noreste de Islandia.